El mundo ha cambiado casi de la noche a la mañana por culpa del coronavirus. Lo que comenzó como un rumor de una extraña enfermedad en una ciudad lejana se ha convertido inexorablemente en una pandemia mundial con implicaciones en todo el planeta. Aparte de la dolorosa tragedia humana, también estamos experimentando un malestar en el ámbito económico y laboral que podría continuar durante el resto del año (y, quizás, incluso más allá) y que afecta a todos los sectores. Y, como no podía ser de otra manera, la fotografía de boda en tiempos de COVID ha cambiado.
Estamos en aguas inexploradas. Nadie sabe lo que vendrá en los próximos meses, y mucho menos en los próximos años. Millones de empresas se enfrentan a una crisis que era inimaginable hace unos meses. Y nosotros, los fotógrafos, nos enfrentamos al mayor enemigo de cualquier negocio: la pérdida de nuestra clientela. El cierre de las fincas y restaurantes, la limitación de aforos… Y la insoportable incógnita: ¿cuándo terminará todo esto?
La fotografía de boda en tiempos de COVID es posible
La buena noticia es que la gente siempre necesitará casarse. El amor es una constante, no importa la época o los problemas que enfrentemos. Y la gente siempre querrá ser fotografiada en el día más importante de sus vidas. Nuestra industria no es a prueba de recesión, pero está cerca. El trabajo siempre estará ahí. Y, aunque hay que tomar ciertas medidas, la fotografía de boda puede seguir siendo espectacular si se deja en manos de un profesional.
Los tiempos han cambiado y tenemos que cambiar con ellos. Necesitamos ser ágiles en nuestros procesos y flexibles en la forma en que lidiamos con los próximos meses y años para que podamos sobrevivir el ahora y prosperar cuando las cosas mejoren. Estas son las claves para que la fotografía de boda en tiempos de COVID pueda llevarse a cabo reduciendo los riesgos al mínimo:
Respetar las distancias de seguridad, desinfectarse las manos con frecuencia y llevar mascarilla
Siempre que sea posible, hay que asegurarse de estar a 1,50 -2 metros de distancia de la gente a la hora de fotografiarlos. Y, por supuesto, tanto el fotógrafo como los novios y los invitados deben llevar puesta la mascarilla y lavarse las manos con frecuencia. Para facilitar esta tarea, los fotógrafos llevaremos mascarillas extra y nuestro propio desinfectante.
Utilizar lentes mayores
Para poder respetar la distancia de seguridad sin comprometer la calidad de la foto, basta con utilizar una lente mayor a la que utilizamos en circunstancias normales. Por ejemplo, normalmente los retrato los hago con una de 50 mm, pero lo ideal es cambiarla por una de 85 mm porque me veo obligado a dar unos pasos hacia atrás (lo que hace que guarde la distancia) para componer tomas similares a las que hago habitualmente.
Apostar por los espacios abierto y evitar los reducidos
Las novias y los novios a menudo se preparan en habitaciones pequeñas y estrechas con mala luz. La mayoría de nosotros ya trasladamos a nuestros clientes a espacios con mejor luz para sus fotos de preparación, y este año con más motivo. Pero se puede aprovechar la oportunidad para explotar la creatividad: ¿por qué no retratar una «falsa» preparación de la novia en los jardines, si la localización lo permite?
Jugar con la perspectiva en las fotos grupales
Las fotos de grupo son uno de los grandes alicientes en toda boda, pero en los tiempos que corren no son aconsejables. Sin embargo, un fotógrafo profesional siempre tiene un as en la manga: una buena opción es poner a los novios en primer plano e ir situando a los distintos grupos de invitados que vengan juntos detrás para crear composiciones en perspectiva que permitan tener un recuerdo del evento reduciendo el riesgo al mínimo.
