La fotografía de bodas no consiste únicamente en captar recuerdos, sino en crear momentos. Transmitir una emoción real y cruda ante una cámara es muy difícil de lograr cuando el sujeto a fotografiar tiene a un desconocido a escasos metros de su cara apuntándole con un objetivo y esperando a que pose. Por eso, me parece importante aplicar ciertas nociones de psicología en la fotografía de bodas, para lograr crear una conexión entre las parejas a las que fotografío y yo que nos permita crear momentos únicos que capten las emociones reales. En este artículo te explico cómo hacerlo.
Despertar emociones en la sesión de fotos y en la boda
Una buena forma de sacar provecho a la psicología en la fotografía de bodas es despertar emociones a través de la comunicación. Una vez que se coloca a la pareja en poses naturales donde tienen fluidez,, hay que hablar para hacer que empiecen a aflorar las emociones. Si quieres que las fotos transpiren amor, pídeles que se abracen y se expliquen el uno al otro cuándo supieron que querían compartir el resto de su vida juntos; si quieres que se rían, pregúntales por su anécdota más graciosa como pareja para sacarles una sonrisa genuina. Recuerda que no te pagan por tu cámara; te pagan por tu mirada.
Esto funciona también con los invitados en el día de la boda: si quieres captarla diversión y alegría reales de la gente bailando, mézclate con ellos en la pista de baile y crea un clima amistoso para que se suelten contigo.
Toma el pulso a la boda. Si la gente es seria, sé serio. Si la gente es divertida, diviértete como uno más. Pero sobre todo no olvides algo muy importante: Disfruta de lo que haces mientras lo estás haciendo, y esto se transmitirá en tus fotos. Nunca conseguirás las imágenes que deseas si te quedas en un rincón de la habitación esperando que la magia ocurra para ti.
Psicología en la fotografía de bodas… Y en el fotógrafo
La psicología en la fotografía de bodas no ha de afectar solo a la técnica, sino también al fotógrafo. Al ser un trabajo eminentemente creativo que nace en tus ojos y en tu mente, si algo perturba tus pensamientos, también perturbará tus fotografías.
Por ello, es importante que no te presiones: la ansiedad es tu peor aliada. Si tú mismo generas una preocupación intensa, excesiva y persistente, sólo conseguirás entrar en un estado de ansiedad que no te beneficiará para hacer bien tu trabajo.
Si asistes a una boda con expectativas sobre cómo va a ir todo y las fotos que vas a sacar, y no se cumplen, te generarás una ansiedad innecesaria que hará que la calidad de tus fotos se pueda ver comprometida.
Aunque creas que las cosas no están saliendo como crees, no desesperes y no dejes de hacer fotos: las mejores salen cuando menos lo esperas, así que ten paciencia y persiste. Los nervios, la presión, la actitud negativa en general, disminuirán la calidad de tu trabajo, si logras liberar los nervios y las tensiones, obtendrás mejores fotos.
Y, en sentido contrario, no te conformes: sigue buscando mejorar la foto anterior con cada disparo, sin importar lo buena que sea. Esto hará que la calidad de tus fotos siempre siga creciendo.
Pero, sobre todo, recuerda siempre disfrutar de lo que estás haciendo; es la única manera de conseguir buenas tomas. Rodéate de personas positivas en tu día a día, minimiza los problemas y mantén una actitud optimista y positiva en tu vida, porque una actitud positiva causa una reacción en cadena de pensamientos, eventos y resultados positivos, y esto hará que puedas enfrentarte mejor a los imprevistos.